LOS LUNES AL SOL: “La vida misma”

AMPARO PANADERO
¿Qué es pecado? ¿Qué significa hoy pecar? Pecar en el siglo XXI. Me parece correcto que la Iglesia pida el cumplimiento y lealtad de su doctrina. Pero de ahí a que dicte al Estado lo que se debe no se debe legislar hay un amplio trecho de despropósitos y un tufo de intervención más política que espiritual. No sorprende. Venimos de una historia cercana en la que por la gracia de dios se mandaba en este país. El dictador cumplía las leyes divinas. Y eso que pecaba. Porque en el franquismo se pecaba mucho, se pasaban por el forro de los uniformes los diez mandamientos. La sociedad española sufrió décadas la doble moral, el doble rasero de aquellos de comunión diaria que sin pasar por el confesionario seguían incumpliendo las doctrinas cristianas. Hoy, después de tanto tiempo, las cosas no son muy diferentes. A Dios Rogando y con el Mazo Dando es el titular que define la situación. Por un lado, la Iglesia no montó ningún espectáculo cuando el PP permitió una Ley del Aborto. Aquello no era pecado. Pero ahora se rasgan las vestiduras y la hipocresía recorre el país. Y respeto a los creyentes, practicantes y cristianos que, afortunadamente, son más y son muy distintos a sus dirigentes eclesiásticos.

Aborto y divorcio son pecados. Qué ironía, porque podrían excomulgar a la mayoría de los cargos públicos del primer partido de la derecha española. Otra de las pautas que marca esta doble moral o esta doble y triple vara de medir es el cumplimiento de los Mandamientos. En ellos se dictan diez normas, entre ellas, amarás a Dios sobre todas las cosas, no robarás, no cometerás actos impuros, no levantarás falsos testimonios ni mentiras, no codiciarás los bienes ajenos… Pensando en lo próximo, en la Cosa Nostra, no se si serán perdonados porque aquí se ha pecado demasiado. El Caso Fabra o el Caso Gürtel son un ejemplo de cómo los asesores espirituales deben sufrir serios problemas de conciencia. Porque lo que es evidente es que pecado y delito no es lo mismo. Aquí se absuelven los pecados pero no los delitos. Tiene gracia.

Cambiando radicalmente de tema, no puedo dejar de pensar en la muerte de Pepe Chiva, compañero entrañable, dicharachero, buena gente. Recordarle en aquellos tiempos en los que cargaba con una enorme grabadora por esos campos de fútbol. Ni tampoco dejar de pensar en otro Pepe, J.L.Meseguer Pascual, jugador del Morella FC, que perdía la vida a sus veinte años en un accidente de tráfico. La tristeza ha encogido los corazones de la juventud morellana y de Els Ports. Ayer estos jóvenes jugaron en Alcalá. Eran uno menos. La vida es muy dura, injusta, en demasiados momentos.

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