LOS LUNES AL SOL: “Abrir los ojos”

AMPARO PANADERO
La fiesta del Orgullo de Madrid, donde confluyen los territorios nacionales e internacionales, ha dejado el buen sabor y la fuerza de la tolerancia, de la igualdad y la necesidad de ir más lejos en la ruta de los derechos fundamentales. Una cita de miles de personas que apuestan por un progresismo imprescindible en los tiempos que corren. Tiempos de crisis donde los especialistas ya advierten, como en otras ocasiones, que los colectivos más débiles, más vulnerables, se convierten en la diana de las críticas, el acoso social y la xenofobia.

Y así está pasando ya en España, como ha sucedido en otros países europeos donde la ultraderecha maneja las cuerdas de una marioneta política y perversa. Aquí hemos empezado con el pretexto del burka. Cataluña anda de campaña electoral y, a pesar del escaso uso de esta terrible indumentaria, tanto el PP como CIU y el PSC se han lanzado a una peligrosa maniobra que está regando unos brotes xenófobos que crecen. Condeno el burka, desde luego, pero no tolero que sea la excusa para una carrera de intolerancia frente a la población árabe que, por cierto, es ciudadanía española. Y no tolero la indiferencia que se dedica a las mujeres musulmanas. Nadie se preocupa, nadie les ha preguntado, han decidido por ellas, como lo hacen sus padres y sus maridos en la realidad cruda de algunas nacionalidades donde el Islam es tiranía. Pero no todos los países árabes son iguales, ni todas las interpretaciones del Corán como no lo son todas las de la Iglesia Católica.

Es un asunto complejo, delicado, tanto que no se puede improvisar ni banalizar. Ya son demasiadas las connotaciones negativas que dedicamos a la comunidad árabe. ¿Por qué no hablar de ortodoxos cuando nos referimos a rumanos, o por qué no hablar de cristianos cuando decimos latinos? Son inmigrantes de idénticos derechos.

Por cierto, ¿por qué no denunciar que llevamos cifra record de asesinatos por violencia de género, o que las detenciones de maltratadores en Castellón se han disparado? ¿Por qué no denunciar que España tiene 4.000 locales de alterne donde se maltrata y se trafica con mujeres? Son algunos ejemplos de los burkas que sufrimos las mujeres occidentales.

PUBLICADO EN MEDITERRÁNEO
LUNES 5 JULIO 2010

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