LOS LUNES AL SOL: “Diguem no”


AMPARO PANADERO

No, jo dic no, diguem no. Nosaltres no som d’eixe món. Raimon, emocionante siempre, canta lo que yo siento tras el corte de las emisiones de TV3. Y me gustaría no usar cursivas para expresarme en catalán, en valenciano. Pero la realidad mediática es la que es. No así en los medios audiovisuales, donde recordar que hay una Ley del Sector Audiovisual Valenciano que obliga a los canales autonómicos, incluyendo los privados locales, a emitir programación en valenciano. Pero la Generalitat Valenciana tiene, siempre, un doble rasero para medir la realidad. Por eso no exige las mismas responsabilidades con las que ha castigado a ACPV a otras empresas y entidades que crecen y se reproducen como setas por el territorio, con la complicidad del gobierno de Camps o el del señorito de la Plaza de las Aulas. Hay decenas de ejemplos de medios que, no solo emiten al margen de la ley, además lo hacen ocupando espacio en repetidores del ente público valenciano. Pero estos medios no son censurados, ni perseguidos, ni multados. Es la prueba del delito, de la sinrazón contra TV3.

Castellón ha sido, sin duda, la ciudad que ha salido a la calle. Más de mil personas se concentraron en Santa Clara en señal de rebeldía. Diciendo No a tanta barbarie oficialista y autoritaria. Diciendo No a los abusos, al ataque continúo y directo que sufre en esta tierra la libertad de expresión. Porque la trastienda de esta nueva “Campscada” o cacicada es seguir cercando el derecho de la ciudadanía a la información. Como está pasando con los patriarcas de las dictaduras árabes. Pero no pueden cerrar el aire, ni las palabras en el ciberespacio, ni a las personas y sus opiniones. Hay mucha ignorancia y prepotencia en esta nueva decisión del PP. Y así lo ha sentenciado el presidente de la Generalitat catalana al calificar de absurdo y surrealista al gobierno iluminado de este iluminado que se ha autoproclamado candidato a un proceso de beatificación, según el versículo correspondiente de la letanía de este presunto, o ya no, imputado por tráfico de influencias, porque lo de los trajes y regalos es pura anécdota, puro teatro.

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