“El cascabel del gato”

Hace algunos años, ya se publicó en el semanari Notícies un artículo con este título. No es casualidad. En aquella ocasión el tema se centraba en la polémica ubicación de la exposición “Memoria Dorada” en la Basílica de Sta. María de Morella. Tal vez, no os acordéis de ello… no es de extrañar, el alzheimer afecta a muchas más personas de la que efectivamente están diagnosticadas. A veces resulta incluso cómodo padecer una cierta amnesia que capacita para decir “Digo donde dije Diego” además, sin ningún tipo de responsabilidad, la demencia nos exime de ella.

De nuevo hemos de poner el cascabel al gato y no hay quien lo pueda hacer sin sentirse cohibido, presionado, amedrentado por ejercer semejante acción.

Hace algunos meses que varios de nuestros colectivos laborales no cobran: trabajadores de la Residencia y del Centro de Día, del Ayuntamiento, del sector Educativo, Agrario, Ganadero, Escuela taller….la apreciación es objetiva. La Administración Pública les debe lo que justamente es suyo, el valor de su trabajo.

Sin embargo, existen otros factores que van más allá de lo puramente administrativo y económico. El factor a destacar es el componente ético. Y me pregunto acerca de ello por si el lector también se lo quiere preguntar:

¿Es ético ejercer presión y amenazar psicológicamente a los trabajadores para que no secunden la manifestación a la que tildan de posicionamiento político?

¿Es ético dirigir sermones y homilías de buena fe sobre el modo de actuar en tiempos de crisis cuando estos mismos estamentos están ausente en su propia comunidad? Acaso la ausencia no significa posicionamiento político?

¿Es ético tratar a los trabajadores, a tus propios compañeros, como mercancía de cambio ante intereses puramente capitalistas? A quién le importa que hayas trabajado 20 ó 30 años… que hayas dado lo mejor de ti mismo… a la mínima de cambio, ya no perteneces a esa empresa, ahora, porque lo digo yo, serás la nueva ficha de otra empresa aunque sigas trabajando en el mismo lugar.

¿Es ético recaudar fondos para “los más necesitados” y así liderar la solidaridad, cuando eres deudor de los más próximos?

Señores, ¿nuestra crisis es económica o ética? “A río revuelto, ganancia de pescadores” dice el refrán. Ante la crisis hemos echado por la borda cualquier principio democrático… ¿Tanto cuesta el diálogo, la participación? No me avergüenzo de sostener la pancarta del ¡YA BASTA!.

Me es indiferente si es ante un signo político o ante el de enfrente, si es ante lo civil o ante lo eclesiástico… Y basta de que los que mandan se atrincheren tras las exigencias y requerimientos derivados de la crisis. No necesitamos políticos de esta calaña, ni gente caritativa. Necesitamos justicia que está por encima de la caridad.

Necesitamos simplemente que se respeten nuestros Derechos, los más básicos… y no con instrucciones pastorales de una caridad que en el fondo no esconde sino un mísero neocapitalismo.

Tenemos derecho a manifestarnos, a hacer extensiva nuestra voz de protesta. Tenemos derecho a poner el cascabel al gato y que nadie nos acuse por ello.

Sagrario Martínez

Més informació: economia